Un Ensayo de Cuento: Tepetlacalli del Xiuhmolpilli personal


La recapitulación generacional y la mentalidad neocolonial.

 Preámbulo para UN “CUENTO” DE AÑO NUEVO



No sigas las huellas de los antiguos 
busca lo que ellos buscaron.
Matsuo Bashoo

Gracias por los saludos de principios de año y de cumpleaños. Con retraso y a manera de contestación publico esto. 
  
AVISO: aprovecho para poner en este texto el link de un libro de Cristobal Jodorozky que a su vez me regaló una amiga de Ensenada el día 4 de enero, cuando se enteró que estaba haciendo una "recapitulación generacional" (sic).


Comentario preliminar. Las variaciones de género.

El siguiente texto es un Ensayo de cuento(sic). De vez en cuando me gusta intervenir la variación del género en el que escribiré.  En ocasiones, mediante un ejercicio plástico-literario he inventado los géneros mismos. Ha sido una línea de creación personal a lo largo de mi vida a la hora de crear códices. A esa línea de creación la denominé precisamente: Códices de género (sic), tan sólo por el hecho de que como tales nunca existieron, son únicos -o los primeros- no sólo como historias contadas sino también por la forma, el formato, así como la técnica para hacerlos. A Borges le gustaba inventar libros y nos regalaba páginas, historias, títulos y bibliotecas legendarias enteras de ellos. Siempre me ha parecido este ejercicio de Borges un homenaje a la creación misma y su potencial de libertad y sabiduría implícitas; después de todo, siempre hubo una primera vez para cada uno de los géneros que ahora nos son familiares en la literatura. Alguien en algún momento los creo y no necesariamente se dio cuenta de haberlo hecho o lo valoró como tal, simplemente encontró otra forma nueva de expresarse, una otra manera de contar las cosas u otro tipo de historias que contar y no se detuvo a pensar si eso era permitido o no, lo hizo y con ello nos regaló un universo de posibilidades nuevas. Ahora, por ejemplo, se reconoce a Cervantes como el creador del género la novela moderna con su obra del Quijote, que a su vez era una crítica la novela de caballería. Es un ejemplo portentoso de como la creación  lúdica en libertad -el concepto ampliado de arte- es una forma muy poderosa de criticar lo caduco cuando se hace con sabiduría.

En este caso, cuando hablo de un ensayo de cuento, no se trata de que sea un ensayo como prueba-intento de un cuento. Tampoco es hacer un ensayo literario sobre un cuento antes escrito. Un ensayo de cuento más bien es escribir algo que podría ser un cuento a manera de ensayo. Recurro a las cualidades de ambos géneros; dado que lo aquí contado no es un cuento, aunque pudiera parecerlo y me apoyo en el formato del ensayo. Mantengo el límite entre ambos con la suficiente ambigüedad para contar algo que puede aprovechar lo mejor de los dos.

Daño colateral de oficio y enredos meta-literarios familiares

Recuerdo una ocasión, hace ya más de un lustro, en que alguien muy querida se enojó conmigo después de que le contesté por e-mail, al haber recibido de ella dos relatos escritos por ella que hablaban de sus hijos y que me gustaron mucho. Ella se enojó por el hecho de que mi respuesta fue jugar con eso mismo y dar por sentado que eso era un género en sí mismo, que pudo haber existido y causar un revuelo semejante al que el realismo mágico había causado en América Latina y el mundo. De hecho, pudiera pensarse, en esa dimensión borgiana o cortasiana, que ese género por ella inventado, podría ser el exitoso en un universo paralelo al nuestro. Entiendo su enojo, porque en realidad mi ejercicio fue contestarle desde ese otro universo paralelo y dar por hecho de que ese género existía –hasta le puse nombre (sic), porque era muy claro como género distinto–, ...sin avisarle, ni darle explicaciones de por qué hacía un comentario de esa forma. Ella sólo lo vio como una broma de mal gusto y se ofendió, cuando ¡era un elogio de su creación!, mediante la creación misma en reciprocidad, prolongando lúdicamente su efecto provocado. ¡Así es la creación de tú a tú! Por supuesto, nunca le aclaré esto, su obra -y lo que había provocado en mi- no requería –en un primer momento– ser explicada o comprendida, sólo admirada. 


Hay un cuento breve de Jorge Gómez Jiménez que me ayuda a comunicar algo de esto, se llama precisamente Borgiana, de su antología de Cuentos extraños, empieza diciendo:

Anoche soñé que era soñado por Borges. En el sueño (el de Borges, quien soñaba a través de mi sueño), Borges podía ver y yo era ciego. Estábamos sentados en un sofá en medio de una reunión. Al parecer nadie se percataba de que estábamos allí sentados (de que Borges estaba allí sentado)... 
El cuento sigue: http://www.letralia.com/jgomez/cuento/x/borgiana.htm

Todo esto en realidad viene de mucho tiempo atras y de otras latitudes.
El gran filósofo taoista chino Chuang Tze quien
vivió aproximadamente entre los años 369 y 290 a. C., dijo: 

"Anoche soñé que era una mariposa, y ahora no sé si soy Chuang Tze que ha soñado que era una mariposa, o una mariposa que esta ahora soñando que es Chuang Tze".


Genealogía y recapitulación

Es frecuente que la genealogía sea por antonomasia un ejercicio de ostentación. Se busca demostrar la legitimidad (ancestral y hasta divina) del poder. Por inculturación colonial, estamos acostumbrados a que el antiguo árbol genealógico sólo lo poseían las familias nobles. Esto no era casual, en realidad se preocupaban por conservar la memoria y vivir de ella a costillas de todos, mediante los títulos nobiliarios que significaban poder y riqueza para quien los ostentara. Aquí hay dos ejemplos del paroxismo aristocrático.
  


Wikipedia dice: La genealogía (del latín genealogia, genea > del griego genos, raza, nacimiento, descendencia, + -logia > del griego logos, ciencia, estudio) es el estudio y seguimiento de la ascendencia y descendencia de una persona o familia. También se llama así al documento que registra dicho estudio, generalmente expresado como árbol genealógico. Asimismo la genealogía es una de las ciencias auxiliares de la Historia. Y como tal, es una herramienta social.

Es parte de la construcción histórica que cada época y sector social hace para conservar la memoria y con ello enriquecer la comprensión de su presente para poder vislumbrar un futuro a crear. Habiendo multitud de ejemplos de genealogías de todo tipo de cosas, aquí un ejemplo de genealogía en la época colonial (finales del siglo XVI), hecho en el estilo de la cultura nahua, utilizado para resolver un conflicto de intereses familiares.  

 

Newberry Library: Vault oversize Ayer MS 1902


En esa página dice: "Esta genealogía pictográfica identifica los personajes principales en la litigación de la propiedad entre Pedronilla Francisca Tenuch y su suegra, Juliana Tlaco. Las volutas de la palabra indican a los personajes centrales y los rostros oscuros indican a los muertos. Pedronilla (nombrada en el centro arriba) y su marido muerto Constantino (nombrado a la derecha) son dos descendientes del mismo patriarca familiar no identificado; su pequeño hijo muerto Felipe está representado entre sus padres. La madre de Constantino, Juliana, está a la derecha. Una casa (dibujada a la derecha) que le pertenecía a los padres de Juliana está entre las propiedades en disputa." 
De lo que se viene uno a enterar...ojala todo haya quedado en claro, como el propio dibujo.

Por otra parte, la recapitulación generacional -o genealógica- es un ejercicio de conocimiento, sanación y crecimiento personales mediante una comprensión de los vínculos familiares inconcientes. El libro de Cristobal Jodorozky -mencionado más adelante- le llama psicogenealogía, lo explica a detalle y pone ejemplos interesantes. En este ensayo de cuento comento un otro enfoque y utilidad de la propia recapitulación generacional.


El Facebook de enredos y el Tepetlacalli de recuerdos.

Dos palabras. Ambas son parte de nuestro lenguiaje actual. La primera es un neologismo del íngles muy reciente y la segunda es una palabra antigua del náhuatl, utilizada en arqueología. Hace 20 años la primera no existía, de hecho algunos diccionarios de inglés en Internet no la registran aún, a pesar de su relevancia mundial. La segunda casi se pierde,  a pesar de su significado simbólico e histórico. Una comunica y de vez en cuando produce enredos. La otra al pareceer, ya no roza nuestras vidas. El lenguaje construye y destruye comunicación y memoria, crea y borra nuestra realidad. Sin que necesariamente nos demos cuenta de ello. El no saberlo también es una herencia para los nuestros.


Con la primera compartimos unas fotos y se articula una reunión. Uso la segunda por su poder mágico en la construcción de una metáfora que –como buena cajita– contiene algo especial, en este caso una anécdota acerca de los recuerdos ahora.

Ahora que publico esto, caí en cuenta que también sucedió algo raro el día de ayer 11 de enero en la noche: Abrí correo y encontré muchos mensajes de Facebook con saludos de cumpleaños. Ya había estado recibiendo antes algunos. Hace algunos días, a Lolita (mi prima, hija de mi tío Jesús) le hice la aclaración de que los datos personales en el face están modificados intencionalmente por cuestiones de mínima seguridad. Aunque sé que soy el que menos tiene que proteger al respecto. Lo hice así tan sólo como un ejercicio de poner atención en el asunto de la web. Érika (hija de mi tio Cesar) de plano me dijo malo, con mucho cariño, cuando se enteró de la aclaración.  

Al parecer, la confusión está en que no cumplo 50 años sino 53. Al pensarlo, le dije a Lolita que no cumplo el emblemático medio siglo –ese lo pasé bastante tranquilo hace tres años, con los compañeros del grupo y con mi familia–. De los saludos recibidos ahora, caigo en cuenta el peso que tienen los 50 años. Sin embargo, visto en perspectiva simbólica, este cumpleaños de ahora representa que cumplí un año del segundo ciclo -personal- de 52 años, el Xiuhmolpilli o atado de cañas, que es la mitad del ciclo de Venus de 104 años que, a su vez, es una ancianidad, llamada Huehuetiliztli.


Sobre esto, Manuel Jesús Rosado Sarmiento comenta que en nuestra cultura occidental, cumplir 52 años de vida no tiene ningún significado especial, y lo celebramos de manera parecida a como lo hemos hecho con los anteriores aniversarios; pero si revisamos la historia, vemos que en las culturas prehispánicas este cumpleaños era el más importante para la persona, entre otras cosas porque alcanzaba un “siglo” de vida (el siglo tenía 52 años), y al llegar a éste adquiría en la sociedad una nueva categoría, llena de distinción y de aprecio, la de “Anciano”, que implicaba tener la sabiduría, madurez y experiencia de la cual se nutrían las nuevas generaciones. Cabe agregar que cada 52 años celebraban la gran ceremonia del “Fuego Nuevo”, que tenía un profundo significado social y religioso, pues era el inicio de un nuevo ciclo de vida para todos.

Véase: EL TEMAZCAL Y LOS 52 AÑOS

Lo que sucedió el fin de año y que relataré, bien puede ser equiparado metafóricamente con un  tepetlacalli de un xiuhmolpilli personal (sic).

Veamos primero esta imagen.

La representación de un xiuhmopilli -un atado de cañas- es muy bella y simboliza el ciclo mesoamericano de 52 años y está asociado a su vez con la ceremonia del Fuego Nuevo. Esta ceremonia fue realizaba por todos los pueblos de Mesoamérica. Las evidencias más antiguas se remontan a la época del esplendor de Teotihuacan (siglo III después de Cristo), pero es probable que fuera practicada ya desde tiempos olmecas (milenio II antes de Cristo).

 
 
Por otra parte, un tepetlacalli es una caja de piedra que se utilizaba para guardar ofrendas, restos u objetos personales de algún personaje especial y que era enterrado en algún lugar particular también.

En este puede apreciarse su decoración en relieve externo. 


Con frecuencia, los mexicas traían piezas arqueológicas de Teotihuacan y las reutilizaban ceremonialmente. Al igual que lo hicieron con piezas de otras culturas y regiones del país.

Este tepetlacalli encontrado en la pirámide ubicada en la estación del metro Pino-Suárez, contiene ollas, collares y caracoles marinos; los azules son de origen teotihuacano.

Plano de la estructura L.1, por la ofrenda encontrada estuvo dedicada al dios Tláloc.
Ofrenda encontrada en una caja de piedra, tepetlacalli en la pirámide ubicada enla estación del metro Pino-Suárez.

Ahora utilizo como metáfora en particular el tepetlacalli encontrado en la pirámide de Ehécatl-Quetzalcoatl de la estación del metro Pino-Suárez. De hecho es la misma pirámide mencionada arriba sólo que fue reutilizada. El tepetlacalli ahora referido es una pieza especial porque en las paredes interiores pintadas de rojo de esta caja está indicado el final de cada una de las 4 trecenas: calli, técpatl, ácatl y tochtli que sumadas indican un ciclo de 52 años.







En su interior tenía puntas de flechas de obsidiana, puntas de maguey y huesos de itzcuintli. Se localizó en la estructura L. 3. Lo que llama la atención es que ésta representación no se ha visto  en alguna otra escultura o lápida., lo que la haría un tepetlacalli de fin de ciclo”(sic) como lo llamó el arqueólogo Jordi Gussinyer. Misma que fue encontrada en la siguiente ubicación:


 
Esta pirámide también es buena para la metáfora propuesta por la reutilización y transformación a que fue sometida para otra función simbólica. Es una construcción fechada arqueológicamente en 1,400 d.C. aprox. y originalmente estaba dedicada a Tláloc, como ya dijimos. Después fue modificada con una estructura circular y dedicada a Ehécatl. Para ello incluso se cambió la dirección, siendo el oriente el último en funcionamiento. Está yuxtapuesta en una plataforma cuadrangular de la otra época orientada al poniente. ¡Tláloc fue jubilado y entra al relevo Ehécatl-quetzalcoatl! Todo queda entre familia divina advocatoria. 

Estructuras L.1 y L.2, de una etapa anterior (línea punteada).


Ilustración aproximada  de los antiguos adoratorios orientados al este y oeste.
Boletín No. 39 del INAH. Marzo de 1970. 
“Un adoratorio dedicado a Tláloc”.
Jordi Gussinyer.  Págs.7-12.


Recapitulando: Una estructura reutilizada (de cuadrada a redonda, de Tláloc a Ehécatl, del agua al aire) y una caja ceremonial que además indica un ciclo mesoamericano, ahora me servirán para  presentar un evento que sucedió sólo en mi mente (sic). 

Las formas de celebrar:

De alguna forma, tal vez esto del segundo ciclo de vida que de cualquiera de las dos formas (la occidental y la mesoamericana) he iniciado también se juntó en el inconsciente y esa fue mi forma de pasar el año nuevo pegado a mi cumpleaños -como siempre-.

Antes, durante más de una década, lo hacía en la montaña o el desierto en velación, en ayuno, con equipo mínimo y sin fogata. Uno de los últimos lo hice en el Xihuinco, cerro de Tepeapulco, en el 2000, a los pocos días de enterrar a mi padre. Fue la primera vez que invité a alguien a hacerlo.


Nunca me atreví antes a invitar a nadie a subir un cerro en la noche sin lámpara. Ricardo Juárez que había trabajado con ciegos había hecho ya un ejercicio similar y por eso fue fácil. Ese tipo de ejercicios era genial, la conexión con la tierra era profunda y me ayudaba a clarificar el trabajo del siguiente año. Ahora se dio de una forma totalmente distinta. 

Lo escrito acá abajo también está relacionado con el desarrollo de mi investigación, como lo mencionaré. Por ello me interesa resaltar el cruce de cables que inconscientemente armé como parte de un proceso continuo que poco a poco se va armando con los recursos a la mano... independientemente del grado de complejidad de los temas a abordar y de la forma no convencional de hacerlo. Estas tres características me interesan en la investigación.


UN “CUENTO” DE AÑO NUEVO:

El Tepetlacalli de xiuhmolpilli personal.
Avances del camino.
La recapitulación generacional y la mentalidad neocolonial.


La madrugada del 30-31 de dic., hice un ejercicio de recapitulación generacional de mi familia paterna, al mismo tiempo, estaba en ensoñación, sudando frío y el ejercicio se cruzaba con algunas reflexiones acerca de de la mentalidad neocolonial, tan arraigada en nuestra ideosincracia institucional e intelectualidad nacional. No era una situación cómoda para pensar en dos pistas mientras uno duerme (sic). Aunque recuerdo que junto con eso se mezclaban algunos otros pensamientos accesorios. Supongo que complementarios.

Lo primero que me llama la atención es que no fue un ejercicio dirigido: Sucedió por ser parte del flujo que de vez en cuando desborda causes concientes y se desenvuelve con mayor fluidez (vertiginosa) por los del inconciente. Supongo que como una forma de aprovechar mis propios recursos y las formas que he desarrollado para trabajar con ellos. No lo dirigí, aunque es fácil ver como –inconcientemente– lo desencadené:  

Esto de la "recapitulación generacional" que hice, es algo parecido a lo que Cristóbal Jodorowsky y su padre
Alejandro llaman psicogenalogía. De eso me entré varios días después, el 3 de enero que una amiga de allá de Ensenada, me envió el trabajo de Cristóbal. Ellos lo orientan a la sanación anímica y yo lo había dirigido hacia otra cosa, en el plano transpersonal.

  • Una primera observación al respecto es que puede ser útil en los dos sentidos. Pero sólo en la medida de que se avanza en el personal cobra utilidad posible para el trabajo transpersonal. Eso lo aprendí esa noche... De otra forma, uno sólo se pone una buena revolcada. 

  •  Una segunda observación es que sucedió como se hacer las cosas: Una acción produciendo múltiples resultados simultáneamente. La mayoría de ellos inesperados.


Este es el link que recibí de regalo, por si quieren bajar el libro (considérenlo también un regalo de año nuevo): Libro digital El Collar del Tigre un regalo de Cristóbal Jodorowsky para descargar.

Cabe aclarar que la familia Hernández Delgadillo es muy numerosa. Incluso tiene su propia versión de la frase: El mio, los tuyos y los nuestros. Por lo que me pasé haciendo "cuentas espirituales" del conjunto de los hermanos y hermanas de mi padre, tanto de lo que les es común como lo que derivaron en diferencias en ellos y en sus hijos, mis primos.

Hacer esas "cuentas" en ensoñación (sic), implicaba no pensar en los casos individuales por si mismos, sino para encontrar las constantes y diferencias genéricas –libre de juicio moral al respecto–, de las distintas expresiones espirituales de esa familia, de la cual mi padre era uno de ellos y el que se fue a un extremo radical, hasta convertirse en El artista agitador de México, como lo llamó Alan Barnett.  


A su vez, implicaba considerar los antecedentes de los padres de mis abuelos, que fueron de familias muy diferentes y comprender como llegaron a juntarse mis abuelos, tanto por lo que ellos eran, como por lo que les sucedió antes a  cada uno en su juventud, como por el momento histórico que vivieron: La Revolución y la posrevolución.

Antes, ese mismo 30 de diciembre, durante el día estuve con mi tía Elena que hace mucho que no visitaba, en Tlatelolco -lugar donde viví una parte de mi infancia y adolescencia- y también estuve con Dony, un primo, hijo de otra tía Socorro, hermana de ella. Ellos también vivieron allí. Además de platicar, nos pasamos dos horas recorriendo la Plaza de las Tres Culturas (histórica por el 68, época en la que viví allí).

 
 

Debo a mis tías no haber estado ese día allí. Intencionalmente, Guadalupe y Elena, decidieron quedarse un día más en Tenancingo, lugar donde visitábamos por el fin de semana a las familias de mis tíos Jesús y Cesar. Con 10 años de edad, lamenté, desde entonces, no haber estado ese día, cuando al regresar supe todo lo sucedido por mi padre, indignado por los hechos. Tiempo después supe que mi abuela Pacecita, había salido a buscar a mi hermana Beatriz, en plena balacera, esquivando a la gente que corría huyendo aterrada, así como a quienes los perseguían mientras disparaban. Beatriz se había refugiado en casa de una amiga. Todo esto muy cerca de la plaza. Mi abuela no regreso al departamento del edificio Chiapas, sino hasta encontrarla y llevarla con ella. 

Recorrimos también la zona arqueológica de Tlatelolco, revisando las cédulas de sitio, con los nuevos datos que se tienen del lugar. 

Al preparar este escrito encontre una nota de La Jornada del jueves 27 de diciembre de 2007:

Descubren en Tlatelolco pirámide más antigua que Tenochtitlán

 Una pirámide más antigua que el Templo Mayor de Tenochtitlán, con casi 700 años de antigüedad, fue descubierta en el centro ceremonial de Tlaltelolco, informó este miércoles el arqueólogo Salvador Guilliem. La estructura piramidal fue descubierta hace un mes dentro del mismo templo mayor tlaltelolca, el cual data, según investigaciones preliminares, de 1337, fecha que coincide con la fundación de Tlaltelolco.

El Templo Mayor de Tlaltelolco ostenta las mismas analogías arquitectónicas que el de Tenochtitlán y el de Tenayuca: una gran pirámide que en su interior cuenta con otras completas, una especie de matrioshka con estructuras de forma similar, pero diferente tamaño, en su interior.


Comentamos acerca de las 7 u 8 etapas constructivas (sic) de la pirámide mayor (¿gemela de la de Tenochtitlan?) y como eso pasa desapercibido para la mayoría de la gente. La pregunta es pertinente porque en majestuosidad, el puro Templo Mayor en Tenochtitlan tenía más de 40 metros de altura.

http://www.latinamericanstudies.org/templo-mayor.htm

¡De estar juntas, rebasaría a la propia Catedral! 

 Desde el siglo XIX, tanto los liberales como algunos de los conservadores ilustrados nos piden que integremos las dos vertientes que conforman hoy nuestro pasado. No es fácil hacerlo en los justos términos cuando la vertiente mesoamericana fue desmantelada y la occidental ha sido impuesta por la fuerza. De tal manera que el esfuerzo se vuelve de abstracción e imaginación en el aire, hasta que poco a poco se van develando nuevos aspectos de nuestra cultura antigua. Esta es una de las cosas que nos hacen apreciar el legado de los muralistas mexicanos al arte mundial de su época, al abocarse a la tarea de plasmar aspectos de la cultura antigua y de nuestras gestas nacionales históricas. En ese sentido Rivera, Orozco, Siqueiros y la siguiente generación con O'Higgins, Revueltas, O'Gorman, etc. hicieron una gran aportación. Recordemos que en ese momento, la gran mayoría de la población era analfabeta. En este grupo de pintores, de fuertes convicciones ideológicas de izquierda, existía una clara conciencia del papel que podría jugar el arte público en el proyecto educativo nacional. 

Mercado de Tlatelolco. Palacio Nacional. Diego Rivera.
 
Aunque no lo reflexionemos, es obvio que lo faltante de la construcción de la pirámide mayor de Tlatelolco se encuentra a un lado, en el otro extremo de la plaza, formando parte la iglesia de Santiago Tlatelolco y su convento. Al observar las dimensiones de estas construcciones coloniales desde esta mirada, nos damos cuenta del hecho brutal que lo hizo posible.


Para que se entienda un poco nuestra falta de referencia para la comprensión, es como si de pronto imagináramos a Egipto sin sus pirámides ¿Qué podríamos entender de su pasado y su relevancia con respecto al presente? Imagina que con las rocas de ellas se hubieran hecho iglesias (o centros comerciales -shoppings o malls- ahora).

Hay una buen dosier de ENERO-FEBRERO de 2008. 
 
Revista Arquelogía: Tlatelolco. Dosier.


Esa iglesia hasta la fecha conserva en el altar mayor un relieve del Santo patrono de los conquistadores, quien precisamente y de manera por demás literal -rayando en lo grotesco- pasa gallardo y audaz jinete con espada en mano con su montura por encima de indígenas descuartizados (sic) -esa imagen era el “evangelio” visual que me torturó de niño-. No se mal entienda, ese retablo es muy bello. Eso era lo que más me inquietaba entonces. A diferencia de muchas otras iglesias que después tuve oportunidad de conocer, sobre todo en Puebla, el altar de la iglesia de Tlatelolco, no es antiguo. Al centro, la pieza en relieve con estuco, pintura y hoja de oro descrita si es antigua; y lo demás es una superficie lisa dorada y luminosa, que lo enmarca sobre la pared de piedra. 

 http://iris-amankay.blogspot.com/2009_11_07_archive.html


Tlatelolco fue la ciudad gemela de la dualidad con Tenochtitlan; y fue también el último bastión de la resistencia mexica (sic). Ahora es posible hacer un recorrido en la zona arqueológica tranquilamente por donde en mi adolescencia sólo era posible hacerlo escondiéndonos de los policías (sic). Tlatelolco fue también el lugar donde estuve en el sismo del 85 (sic). Allí murió también mi abuela Ma. de la Paz. Y como dije, tenía rato de no estar por allí y menos en un asunto familiar... y estratigráfico.

En la plática hicimos el recuento de las pérdidas familiares recientes: La hermana mayor de ellas, mi tía Guadalupe, madre de Maria de la Paz (homónima de la abuela) y de Adriana, murió hace poco. Ella fue una gran matriarca de la familia, como mi abuela. Con ambas y mis otras dos tías viví en esa época de mi segunda infancia y parte de mi adolescencia.

Para enmarcar la plática en otra dimensión, ya en el plano personal, a mi tía Elena y a Dony les dije que ellos sabían que en verdad no estaba muy seguro de seguir viviendo de haberme quedado en B. C. a seguir en el proyecto de los Geoglifos

Pero de lo que si estaba seguro es que de haber muerto, lo habría hecho con una gran sonrisa y muy satisfecho de hacerlo en esas tierras. Es decir, no importaba el resultado mismo del proyecto, ni cuantos geoglifos hubiera podido hacer o no. Lo que importaba era estar en lo mío, en ese espacio de plenitud.

Les comenté que, aunque hemos procurado hacer lo más posible como grupo de trabajo ConVocArte, mi estancia acá en el DF no fue una elección personal: implicaba a mis padres y su obra. El cruce de trabajo de estas tres áreas, más la de mi propia investigación sobre Plástica social fue lo que hizo que me provocara –yo mismo– desde hace cuatro años en el hígado cirrosis por amibiasis y por medicamentosis –antibioticos–, que me trajo varias complicaciones gástricas y metabólicas. El esfuerzo de principios del 2010 con el FORIÑO, me produjo principio de hígado graso, con iguales resultados. Por eso digo que ya no tengo mucho que poner de vísceras para el trabajo. De joven, en el desierto, lo que ponía era el lomo y la recuperación como quiera la lograba hasta quedándome en cama algunos días después de alguna jornada de las que acostumbra por allá.

Les recordé que era importante que Beatriz Zamora, sigua con su proyecto de trabajo. Ahora tiene 75 años y esta en buena forma. Ella casi se muere hace 6 años cuando el desalojo. Después tuvo una depresión severa durante un año. Ahora se ha sobrepuesto al dolor de no tener su taller, que es su vida. A mis familiares les dije que "mi taller" era el desierto de B. C. (sic), había logrado el concepto estético comunitario y construido el programa para que a sí fuera, y se lo doloroso que puede ser abandonar lo que es uno mismo, en donde uno es pleno. Unos días antes, en una comida con mi hermana Beatriz, mi madre me preguntó porque no he seguido pintando. Le contesté que eso implica encerrarme -o irme al desierto-, y que eso no lo podía hacer, en las circunstancias que tenemos como familia. No puedo dejar todo, como lo he hecho en otros momentos, porque ahora eso implica dejar a mi madre sin apoyo para que pueda continuar. ¡Y vaya que tiene proyectos locos que vale la pena apoyar!

Ese día, en la noche del 30 de dic., antes de acostarme, preparé el calendario-cartel y el blog de la familia Hernández Delgadillo


Pensé que eso era suficiente. No me di cuenta de que lo único que estaba haciendo era preparar la plataforma de despegue para el viaje. Al estar subiendo las imágenes tuve oportunidad de observar detalles de las fotografías que siempre han estado ahí, pero que ahora cobraban relevancia especial. Cosas obvias que al analizarlas hablan con elocuencia de muchas otras. Aspectos que cuando las fotos son vistas por separado no nos hacer comprender cosas que sobresalen cuando esas fotos están juntas: En el caso de mis bisabuelos, no es lo mismo la fotografía de los Delgadillo Delgadillo, de cuerpo entero, en salón especial, con vestimenta de gala de los terratenientes, que las fotos de caritas de los Hernández Islas. Con sus recursos económicos y la disponibilidad de tecnología fotográfica de la época, habrá que pensar que estamos sobrados por tener esas fotos de caritas.

Por otra parte, siempre he sabido que mi fenotipo es bastante Delgadillo. El parecido de mi tío Abel (hermano de mi padre) y mío con Arnulfo es muy fuerte, hasta en la estatura: somos de semilla palomera, me decía Pacecita incluyéndose ella misma. Sin embargo había algo en lo que no encajaba el parecido. En cambio al ver a Silvano reconocí de inmediato otro rasgo: su mirada. Arnulfo miraba con displicencia -al mismo tiempo que se ve que estaba enamorado-. La mirada de Silvano en cambio es avispada. Estas miradas se quedaron fijas en mi mente para el viaje de ensoñación, en ese momento no sabía por qué.

En la cabeza empezaba el bullicio, pensé que la cosa quedaría ahí y, con todo ello, la primera conclusión (conciente) acerca de mi familia paterna fue recordar este otro texto taoista de Chuang Tze:


Cuando la vida era plena, no había historia

En la era en que la vida sobre la tierra era plena, nadie prestaba particular
atención a los hombres valiosos, ni señalaba al hombre de habilidad.

Los gobernantes eran simplemente las ramas más altas del árbol,
y el pueblo era como los ciervos de los bosques.

Eran honestos y justos, sin darse cuenta que estaban "cumpliendo con su deber".

Se amaban los unos a los otros y no sabían que eso significaba "amar al prójimo".

No engañaban a nadie y aún así no sabían que eran hombres "honestos".

Eran íntegros y no sabían que aquello era "buena fe".

Vivían juntos libremente, dando y tomando, y no sabían que eran "generosos".

Por esta razón, sus hechos no han sido narrados.

No hicieron historia.



Abro un paréntesis para comentar que, si uno hace una recapitulación genealógica personal, normalmente esta uno queriendo arreglar cuentas con el pasado. Resolver conflictos personales que uno arrastra en el inconciente con relación a la madre o al padre. Cosas que lo atoran a uno, que no le permiten fluir con libertad, ni poder estar en contacto con los potenciales con los que uno cuenta y es.

Viéndolo con desapego, uno busca hacer esto para estar bien y quiere estar bien para hacer las cosas mejor con quien comparte la vida –o se las hereda, en el caso de los hijos–.


Como quiera que se vea, puedo decir que esto que me sucedió, también puede ser visto como un ejercicio de complementación. Habrá que recordar que ese año de 2010 se cumplieron 10 años de la muerte de mi padre. Por todo lo que se hizo y no se hizo en ese año, y por las circunstancias en que ambas cosas sucedieron, el asunto es que no fue posible realizar ninguna actividad en particular al respecto. Esta recapitulación generacional tuvo mucho que ver con ese otro cúmulo a abordar. De ahí su intensidad también.

Pero, ¿qué sucede si uno no tiene conflictos inconcientes de ese tipo con sus progenitores?  Entre otras cosas porque ellos con su propio oficio hicieron ya mucho del trabajo al respecto. ¿Para qué entonces hacer un trabajo de este tipo? Tal vez para comprender mejor su propia herencia y para hacer que esa herencia se vuelva una herramienta de trabajo. Y qué tal si se la piensa como la herramienta de trabajo más auténtica que uno ha recibido de manera directa de la vida a través de la historia de su propia familia. Pero, ¿por qué habría de necesitarla en este momento? ¿Por qué inconciente hice que emergiera ahora? Tal vez por que he estado dándole vueltas a una problemática que me obliga a hacer acopio de todos mis recursos para abordarla.

¿Cuál es esa problemática? Antes de contestar esto, queda claro que más que conflicto o cuentas pendientes con mis padres, lo que yo tengo es mucho trabajo que hacer con ellos. Con la obra de ambos. Queda claro también que eso me obliga a hacer acopio de fuerzas para hacerla poco a poco. Y también, que ese trabajo con ambos es uno de los que más aprendo (sic): Pensar el arte, no desde la obra creada por uno –ya dije que ese lo dejé en su forma convencional de obra personal– sino desde la obra de ellos, por lo que vale y para que se difunda. Hace que el ejercicio personal se acentúe para permitirme pensar en el concepto ampliado de arte hasta donde sea necesario ampliarlo y de la forma que se requiere para que sirva de una forma diferente en una tarea titánica también diferente. 

A la mañana siguiente, el 31 de dic., mientras viajábamos a Morelos, para pasar el fin de año en Los Mantiales, cerca de Jojutla, le comenté esto a Berenice, mi compañera del grupo. Ella me preguntó: ¿Qué tenía que ver esa recapitulación con el tema de la mentalidad neocolonial?

Al pensarlo, comprendí que tiene que ver con aprender a pensar desde lo básico y lo profundo, las cuestiones que hoy están vigentes, son atávicas y, algunas, representan un lastre social. Al igual que lo pueden ser para la vida personal un lastre, cuando no está resulto y en ello nos podemos pasar toda la vida eludiéndolo. La cuestión es que también es posible pensarlo de otra forma: ¿Cómo pensar lo "personal y propio" como algo que nutra la manera de comprender lo general y social?

Pero también tiene que ver en cuanto a cómo la historia misma (revolviendo lo personal, lo familiar, con lo social-histórico), produce situaciones inesperadas mediante soluciones innovadoras que permiten remontar y liberarnos de ambientes atávicos. Y que eso puede hacerse en ciertos aspectos y en otros no necesariamente, en un momento, quedando pendiente para la siguiente generación, por ejemplo, como un nuevo reto y asignatura pendiente al mismo tiempo, en un nuevo contexto socio-histórico. ¡Esa es una lección de vida heredada de mis abuelos! Ahora de lo que se trata es de transmutarla en alquimia de conciencia para el trabajo propio.

En ese sentido, también me permitió comprender porque soy tan terco de querer abordar problemáticas hipercomplejas con los recursos con los que puedo disponer: desde el enfoque del arte, entendido no solo como educación sensorial, perceptual, sentimental, estética. O sólo como elemento de estimulación cognitiva de inteligencias múltiples. De todo ello ya se ha hecho un buen mercado de especulación elitista. Sino también y por lo mismo, como campo heurístico-epistémico de construcción de conocimiento emancipador convivencial comunitario -nosótrico-
(¡sic!).

Dentro de esos recurso está precisamente esa herencia
generacional, que hizo de mi padre quien fue, de la misma manera que de mi madre lo que es. Y de cómo ellos a su vez, en su momento confluyeron en la vida para hacer lo que era necesario que compartieran y después seguir cada uno su propio camino y desarrollando su propia obra a compartir con todos. Ambos sin escatimar esfuerzos para ello. Y en el caso de mi padre, con congruencia hasta la muerte.

Hasta aquí la reflexión inicial. Un gran abrazo.


P. d. Va lo escrito en la madrugada, que bien pueden llamarse:

 TESIS DE MADRUGADA

 (3 a. m.) 31-12-2010
Al estar haciendo simultáneamente una recapitulación
generacional de la familia Hernández Delgadillo,
a partir de la referencia fotográfica de los abuelos y bisabuelos paternos.

"El problema más acendrado de la neocolonialidad mental no es la dureza y rigidez de la institucionalidad (socio-económica, jurisprudencional, educativa, cultural, etc.) creada desde ella y que a su vez, ha configurado sistemas e instrumenta dispositivos psicosociales de hegemonía y control.

Por sobre esto y para que esto prevalezca es más grave aún que los propios límites intangibles de dicha mentalidad (modernidad, liberalismo, racionalidad económica, desarrollo e individualismo) impidan comprender la necesidad y la posibilidad de trascenderla, frente al propio paradigma del slogan de “otros mundos son posibles”.

De tal forma que es la propia estructura mental neocolonial la que se configura a si misma como cedazo, como filtro hermenéutico (de significado) de lo que es o no “posible” en el propio ámbito de la construcción de nuevos paradigmas hermenéuticos socioculturales a crear para, en base a ellos, trascender la neocolonialidad institucional y sus dispositivos institucionales de hegemonía psicosocial. La serpiente se muerde la cola.

La mayor dureza de la mentalidad neocolonial está subsumida en la propia intangibilidad que la constituye y que la abarca como plataforma de acción y al mismo tiempo como atalaya de observación, conforme tal mentalidad avanza en las dimensiones humanas espacio-temporales de la realidad socio-cultural que va co-creando con ello en forma simultánea y que la hace aparecer siempre (hegemónicamente) como única posible, desde donde desear, pensar, imaginar y soñar la propia acción transformativa (praxis), dejando con ello sin eficacia tal acción transformativa."


Hasta ahí lo escrito en la madrugada. A las 2:00 a. m., cobré conciencia de mi circunstancia: me había acostado después del as 12:30 por andar con lo del blog y lo de subir las fotos; y estaba en ese trance de ensoñación simultánea entre dos pistas principales y algunas accesorias. Eso no me causaba incomodidad por si mismo, mas bien un poco de extrañeza por las temáticas tan alejadas de mi ensoñación simultánea. A las 3:00 a. m. Me levanté pensando en que si escribía podría relajarme un poco y volver a dormir. Lo hice, me preparé un te de hoja de alcachofa (para el hígado), mientras me reía de mi circunstancia un tanto extraña y ridícula que no podía dejar. Y pensaba cómo le diría a Dony, el primo con el que nos vimos ese día (o a algún otro amigo) lo que me sucedía, pero que además ambas pistas de mi circo onírico en realidad tenían que ver con otra cosa: 

El asunto es que este tema a su vez está relacionado con el encargo de Gerardo Tristan (esa misma noche del 30 de dic., poco antes de dormirme) de que escribiera una ponencia sobre Cultura Convivencial Comunitaria para presentarla al Programa Alternativo de AMLO, dado que se vence el plazo de ello. Por su puesto que me parece importante hacerlo, pero estaba a una noche de salir de viaje y sabía que terminar una ponencia de eso implicaba algo más que reacomodar las piezas de la ponencia acerca de Patrimonio cultural comunitario, que unas semanas antes le había mandado, comentándole:


Sigo en la tallereada. A ver que te parece. Me estoy aproximando al objetivo de hacer una propuesta relacionada con Línea política cultural
Poner las cosas en claro respecto al proceso epistémico que hace posible tal construcción a partir de las experiencias de trabajo comunitario realizadas, es lo que puede lograr una propuesta adecuada en todos los sentidos necesarios. 
Ya me comentarás si se alcanza a vislumbrar por donde estoy llevando las cosas. 

Esto es importante para que cuando se piense en un programa alternativo de nación se contemple el aspecto cultural de manera explicita y no sólo como algo implícito (y ambiguo) que permeé todo el programa, como indicaron en la reunión de consulta sobre cultura que fuimos. También señalo que no basta hablar de transversalidad si esta es dictada desde arriba, se requiere la que se construye desde abajito. Eso debe de ser reconocido también en un programa alternativo. De otra manera, estarás de acuerdo en que será más de lo mismo. La transversalidad implementada desde arriba es un dispositivo hegemonista. El PRI lo implementó durante décadas de forma implícita
(sic) para que no fuera cuestionado. Desde esta perspectiva se aprecia el valor cultural (sic) de la propia corrupción como elemento complementario indispensable desde el propio ámbito cultural y permeando a toda la sociedad (transversalmente, por supuesto) como algo natural. 

Por eso no basta hablar de transversalidad y, cuando no se especifica, significa que es ambiguo el concepto. Esto en términos de plan de gobierno ya aplicado puede ser simplemente un desastre nuevamente. 
Por otra parte, se requiere explicitar el valor y legitimidad de las herramientas convivenciales. Son parte del acervo que explica la resistencia cultural de 500 años de los pueblos indígenas. También se requiere aprender a construir otras nuevas del mismo carácter convivencial, incorporando nuevos aspectos y agentes dinámicos para ello que brinden otras dimensiones epistémico-heurísticas de las cuales aprender y enriquecernos todos. 

 Nuestra herencia mental colonializada -en extremo pragmática y utilitaria- nos impide ver que nuevos agentes participantes incorporan, mediante espacios propicios, nuevas dimensiones humanas no percibidas antes o no valoradas y menos aprovechadas. 

El mismo concepto de Espacio propicio que planteamos como innovación para el FORIÑO esta adquiriendo un peso especial como herramienta convivencial para crear otras del mismo tipo. Esto era uno de los problemas que había que resolver. Poco a poco está quedando claro conforme seguimos haciendo experimentos y al mismo tiempo revisamos sus resultados.

 
En esa ponencia menciono la necesidad de avanzar en la definición de una línea política cultural de ese tipo y empiezo a enunciar algunas de sus características.

Habría que tomar en consideración algunos aspectos generales e históricos al respecto, para darle mayor peso al argumento de por qué proponer un nuevo tipo de línea política cultural. Parte de eso lo estaba revisando en Bauman, con su libro: Comunidad, pero otros aspectos estaban más desbalagados.

Ahora a principios de este año, he estado encontrando más aspectos en algunas notas de prensa:

De entrada esta nota ayuda a pensar la formación social abigarrada de Zavaleta Mercado contra el ethos barroco en América de Bolivar Echeverría y su relación a su vez con la neocolonialidad. Pero también su tesis sobre: la producción del conocimiento local y la del doble poder, habrá que aquilatarlas.

“Otro libro importante para explicar lo que Tapia llama «la producción del conocimiento local» es lo nacional popular. En él, Zavaleta propone uno de sus conceptos más trajinados y hasta hoy no comprendidos en su cabalidad: la idea de formación social abigarrada.
“Tapia nos recuerda que cuando Zavaleta hablaba de formación social abigarrada se refería no sólo a la coexistencia de varios modos de producción, a la coexistencia de distintas temporalidades, de distintas formas políticas en un mismo espacio; sino fundamentalmente a la desarticulación que existían entre estos factores conformantes del entramado social. La desarticulación de estas formas sociales es lo que principalmente define su carácter abigarrado.”

Guillermo Almeyra

Es muy importante por tanto cómo impacta la mentalidad neocolonial en Bolivia, uno de los escenarios de vanguardia latinoamericano más importantes; reflejada en los intelectuales y políticos educados convencionalmente, aún dentro de los equipos de gobiernos alternativos (sic). Esto es un problema cultural que impacta sobre un proyecto alternativo de nación (sic). Y esto debe de ser comprendido. De ahí mi terquedad de avanzar por este lado y a nuestro propio paso e inventando nuestra forma de construir conocimiento. Aquí de nuevo se conecta con Zavaleta el asunto: «la producción del conocimiento local».
A esto me refería al comentarle a Gerardo que se pueden crear problemas serios al no tomarse en cuenta el asunto de la línea política cultural.


Sobre esta misma línea de pensamiento, días antes Esteva señala la inconformidad de sectores dirigentes autónomos de Bolivia: 

Gustavo Esteva.

“Los enviamos al gobierno no para que lo administren, sino para que lo transformen y cambien la vida de la gente […] Sólo se han ocupado de hacer política tradicional, subordinando y cooptando a los dirigentes […] descalificando y estigmatizando todo lo que sea crítico, todo lo que decíamos para poder corregir. Algunos nos dimos el lujo de rechazar sus ofertas y nos convirtieron en sus enemigos o simplemente dejamos de existir.

“Gracias a las luchas […] aprendimos algo muy importante: aprendimos a pensar y actuar por nosotros mismos para que nadie más nos diga lo que debemos hacer, para que nadie más pueda engañarnos […] El proceso no es propaganda, el proceso no es discurso, el proceso no es marketing, el proceso es cambiar la vida de la gente […] No nos dejaremos engañar por nadie más, así sean gente que como ustedes salieron del seno de nuestro pueblo."


Zibenchi apuntala un problema pendiente desde la escala macro latinoamericana.
Raúl Zibechi

Si aceptamos que la realidad político-social no está configurada por un solo escenario sino por tres (superación de la dominación estadunidense, del capitalismo y del desarrollo), la década progresista tuvo resultados dispares y hasta contradictorios. Creo que el terreno en el que más se ha avanzado, el de las luces más brillantes, se relaciona con el primer aspecto, mientras los otros dos muestran los nudos que el progresismo no ha conseguido desatar en estos años.
...
El tercer escenario, el de la superación del desarrollismo, apenas está despuntando. En rigor, no hay debates de fondo sobre este tema, pero el solo hecho de que existan personas y colectivos que se pronuncien sobre “el buen vivir /sumak kawsay” es una muestra de que aun en situaciones de política defensiva, el debate de ideas puede levantar vuelo. Aún falta mucho para que estos modos de vida alternos al capitalismo echen raíces, más allá de las prácticas concretas de una buena parte de las comunidades indígenas. Se trata de la novedad más importante que aportó el ciclo de luchas sociales antineoliberal, porque abre las puertas no sólo para la superación del capitalismo sino también para la descolonización del pensamiento y de la vida misma, sin lo cual no es posible crear un mundo verdaderamente nuevo.

Habrá que conseguir este libro que tiene prólogo de Gustavo Esteva:
Gilberto López y Rivas
Viernes 7 de enero de 2011

Uno de los capítulos más esclarecedores refiere a la comunalidad y la autonomía, y en él se elabora en torno a sus bases sustantivas e integrales: territorio, economía, educación, jurisprudencia, cultura, y acertadamente Jaime afirma: Quizás en ningún momento de nuestra historia los pueblos indígenas habíamos tenido una coyuntura histórica tal, en la que el análisis sobre nuestra autodeterminación fuera la ventana más segura para garantizar nuestra sobrevivencia como pueblos, como sociedad.

Base fundamental de la vida comunitaria es la asamblea, el espacio de la democracia participativa, la instancia que se fundamenta en el consenso, la diversidad y la pluralidad. Por ello, el Estado ha buscado su manipulación, mediatización o destrucción, objetivo logrado en muchos casos.

También Jaime expone otras instituciones que reproducen la comunalidad: el respeto a los cargos de representación, la responsabilidad en el trabajo comunitario y la participación en la fiesta; éstos, junto con los mencionados, mantenimiento del territorio y defensa de la asamblea, alimentan planos identitarios de carácter primario, seleccionados por su trascendencia histórica y por dar base y energía a los procesos de resistencia ante la imposición de valores y modelos de vida no aceptables por la comunidad.



Sobre la evolución de la cultura –oficial– en nuestro país, me dio gusto encontrar el artículo de Garrido. No tiene desperdicio, si bien es incompleto, en cuanto a lo atávico de la neocolonialidad desde el siglo XIX para acá, donde las últimas décadas del siglo XX fueron nefastas. También se observa lo cautelosos que pueden ser algunos escritores para hablar del tema a pesar de su prestigio, trayectoria y contar con información de primera mano como el caso señalado de José Emilio Pacheco. Sobre esa nebulosa solapada se esta navegando. Es parte de lo que hay que remontar, pero antes habrá que desmitificar.

Luis Javier Garrido
Viernes 7 de enero de 2011

El papel de los grupos mafiosos en la cultura ha tendido desde el siglo XIX a hacer prevalecer a unos cuantos mediocres con discutibles méritos por sobre muchos artistas a los que han buscado ningunear, y luego de la experiencia de Paz a finales del XX, ha buscado justificar acríticamente al poder político y económico. Lo más patético de lo que acontece en el México panista es que esto se haga desde los intereses de la ultraderecha empresarial e ideológica, y que esas minorías de presuntos artistas, escritores y académicos parezcan obsesionadas en pretender que el modelo neoliberal que desmantela a la nación y empobrece a los mexicanos es la única vía hacia una imaginaria modernidad.

Hasta aquí
el Tepetlacalli de xiuhmolpilli personal como un avance del camino (sic) ...

12 de enero del 2011

P.p.d.: Para quie esté interesado en trabajar con la información inicial para una genealogía:

Proyectos Genealógicos Wikimedia. Actualmente existen varias iniciativas para incorporar dentro de los proyectos de la Wikimedia Foundation. Todas ellas cumplen con la condición de ser gratuitos y de acceso libre para añadir, consultar y editar registros o fichas genealógicas y utilizan softwares del tipo open-source MediaWiki - del mismo tipo que se usa en otros proyectos de WikiMedia Foundation.

  • Rodovid, Portal genealógico plurilingüe que permite organizar la información genealógica en fichas muy completas y creando automáticamente árboles genealógicos muy extensos que contienen a varios miles de personas. Disponible en 20 idiomas.